Envase para reciclar con Vending HOSTELVENDING.com 14/12/2016.- El apoyo mostrado por diversas administraciones y la certeza de que el actual sistema ha tocado techo en cuanto a la recogida selectiva de envases abre la puerta al Sistema de Retorno y Devolución en nuestro país. Bien sea como alternativa o como complemento, el pago de un depósito y su posterior recuperación se presentan como una vía para explorar nuevas experiencias, modelos de negocio y, lo que es más importante, fórmulas para mejorar las tasas de reciclaje, estancadas desde hace años.
Hay empresas que se llevan años en este mercado impulsando el reverse-vending y otras que se suman a esta batalla que parece enfrentada al actual sistema de recogida, más por cuestiones de monopolio e intereses económicos que por competencia directa.
En este contexto se presenta envaciclo, una empresa española de distribución y colaboradora en la fabricación de máquinas de retorno de envases con un ambicioso proyecto para lograr la instalación de estos equipos en todo el territorio nacional.
“Nuestras máquinas son económicas, robustas, fiables y con un sistema antifraude. Disponen de conexión remota, de este modo podemos observar el grado de llenado de nuestra máquina y ordenar el vaciado cuando ésta lo necesite, sin hacer viajes innecesarios”, explica Marta Bañeres.
Es un modelo de máquina capaz de adaptarse al envase para recoger desde latas a botellas de plástico, vidrio, vasos, bombillas o cualquier otro material que se quiera recuperar, aportando una versatilidad a la que no todos los fabricantes llegan. También es posible incluir una compactadora para reducir el volumen de los envases y aumentar así la capacidad de almacenamiento, una característica clave en todo el producto de reciclaje de materias primas.
Las aportaciones del consumidor se ven compensadas con la recuperación del depósito, una recuperación que en el caso de envaciclo se puede configurar para ofrecer vales descuentos, tickets o sorteos por medio de una impresora o para utilizar tarjetas magnéticas de universidad, bonos de transporte, tarjetas de turismo etc en las que se graba el descuento o bonificación. Además, la empresa da la posibilidad de entregar el dinero en metálico o de incluir un sistema para facilitar la donación de esas cantidades a una ONG, “siendo una oportunidad ideal de unir ecología con bienes sociales”.
“Desde envaciclo creemos que el sistema SDDR es la mejor solución y con mejores resultados para la recogida de envases para su posterior reciclaje”, resaltan desde la empresa. “Está claro que el sistema actual de Ecoembes es insuficiente y ha tocado techo, como mucho sólo se recogen el 30% de los envases de bebidas puestos en el mercado. En cambio el 100% de los envases han tenido que pagar una tasa de punto verde.
Los Ayuntamientos tienen que pagar los contenedores, ceder espacio en la via pública, pagar al transportista que vacíe los contenedores etc. A cambio de la tasa que les paga Ecoembes, mucho más baja que la prometida ya que el sistema no funciona”, puntualiza Marta.
Lo hemos comentado en alguna ocasión, el ciudadano es el principal agente de la cadena y se le responsabiliza del inicio de la rueda sin ningún otro beneficio que la confianza en el sistema de retorno impuesto, es decir, sin participar en los que genera la propia cadena. Así lo explican en envacicl0: “Con el Sistema SDDR se realiza economía circular. Compras el envase pagas el depósito y se te devuelve cuando retornas. A nadie le gusta ver sus 0,10 euros desperdiciados, a nadie le gusta ver envases tirados por la calle…si la persona no devuelve el envase, pierde su dinero de depósito haciendo válida la premisa del que contamina paga. En cuanto a ese envase perdido, tranquilos que detrás habrá alguien que vea que ese envase vale 0,10€ y se encargará de devolverlo”.
Como defensores del sistema de Devolución y Retorno, destacan los beneficios económicos de este modelo de negocio que, para empezar, en los países en los que funciona permite mejorar las tasas de reciclaje y la calidad de los envases que llegan a las plantas, lo que a su vez provoca que se utilicen menos materia prima para la fabricación de nuevos envases.
También disminuyen los gastos de transporte al producirse una optimización de estos envases en el punto de recogida, lo que también incide en una mejora de desarrollo logístico y en un ahorro de emisiones de CO2. La imagen que aporta y la concienciación que provoca en el consumidor es un último factor a tener en cuenta.