HOSTELVENDING.com 30/09/2015.- No es un manual y tampoco una fórmula mágica e infalible. Las claves que a continuación destacamos como herramientas para mejorar el rendimiento en cuanto a ventas en máquinas expendedoras son el resultado de la experiencia acumulada entre los operadores consultados, pequeñas y medianas empresas que año tras año consiguen mejorar sus resultados.
Para empezar sobra decir que cualquier negocio, por muy bien que marche, siempre tiene margen de mejora. Aspirar a la excelencia es sinónimo de trabajo bien hecho puesto que si una empresa tiene como principal objetivo “no conformarse” y “seguir mejorando”, los resultados acaban llegando.
El primer gran secreto para mejorar la ventas es conocer bien el sector. No solo el negocio de la venta y distribución automáticas, sino el segmento en el que se mueven nuestros productos. La información sobre el mercado es clave y estudio constante de la competencia también. Por supuesto, cuando hablamos de alimentación, bebidas o café, hay que seguir muy de cerca su actualidad, los nuevos productos, las ofertas a las que se pueden acceder y, como no, los gustos de nuestro cliente potencial.
Estudiar bien a la competencia tanto en dentro del vending como en otros canales de distribución aporta conocimiento sobre lo que puede llegar a funcionar bien y lo que no en las máquinas expendedoras. Tener una idea clara sobre estudios de mercado e informes de consultoras acerca de los gustos y las tendencias completa esta panorámica que, en la actualidad, pasa sin duda, por productos más sanos, naturales y funcionales.
Si en la oferta actual no se incluyen algunos de estos productos es probable que el desarrollo del negocio se vea perjudicado a medio y largo plazo. Revisarla de manera continuada, compensarla y adaptarla al emplazamiento es vital.
La segunda gran clave en la que la mayoría de las empresas están de acuerdo es en el seguimiento y mantenimiento de las máquinas. El vending hace tiempo que dejó de ser ese negocio en el que se ponía a funcionar un equipo y el operador podía desentenderse hasta que se producía un problema o había que reponer.
Como en todos los negocios, ahora la competencia es mayor y hay que aportar un signo diferenciador. Estar “encima” de las máquinas, cuidar su aspecto, su limpieza, que estén repletas de producto a todas horas del día y, por supuesto, que no den fallos y si se producen se actúe de manera diligente, son requisitos “imprescindibles”.
La tecnología ha facilitado en cierta manera este trabajo de control sobre la máquina. Como hemos dicho en más de una ocasión, saber interpretar los datos de venta y monitorizar de manera correcta la información que se recibe permite mejorar la manera automática la recaudación.
La máquina tiene que estar activa las 24 horas, todos los días del año y con el producto siempre disponible. Es la ventaja del vending y también la que asegura que no se perderá el cliente. Además, tiene que funcionar a la perfección, tener cambio en caso de necesitarlo y tener una rápida respuesta en caso de reclamación. La reputación también importa en un servicio como la venta automática y esta se gana con un servicio ejemplar.
Ajustar los precios también es un valor al alza. Hay que ofrecer calidad pero siendo conscientes de que se ofrece un servicio desatendido en el que según qué horas se puede jugar con descuentos, promociones, marcas, etc.
Equipos atractivos y bien cuidados, productos de valor añadido y variados con precios adaptados al público al que se dirigen y un mantenimiento constante del punto de venta siguen centrando las claves de este negocio para lograr un rendimiento óptimo de los emplazamientos.