En los centros de trabajo y en los espacios públicos el vending constituye un servicio de valor añadido que permite acercar ciertos productos a empleados y usuarios para evitar su desplazamiento y facilitarles el acceso.
No es una necesidad sino más bien una opción que en muchas ocasiones pasa desapercibida, pero que cuando no está y se la espera, genera una demanda que explica la familiaridad cada vez mayor que tiene el consumidor con este canal de venta, tenga la edad que tenga, y la idoneidad de su instalación en determinados espacios de gran afluencia.
Son estas localizaciones las más ansiadas por los operadores ya que garantizan un trasiego constante de gente -clientes potenciales- y una asiduidad constante. Hablamos de espacios públicos y semipúblicos que normalmente se cubren por medio de una licitación pero que en ocasiones, por una u otra razón, quedan sin cubrir y generan una respuesta reivindicativa por parte de los “afectados”.
A lo largo de este mes de febrero hemos podido recopilar dos ejemplos muy evidentes, solo dos muestras pero que haciendo una pequeña búsqueda en Internet se convierten en decenas de casos, donde la población en general o los trabajadores de determinados centros públicos reclaman un servicio de “vending” ante la falta de alternativas para tomar un snack o una bebida.
¿Consumo de impulso? Pues atendiendo a las razones que nos dan los afectados podríamos decir que no. Estamos ante una creciente demanda de máquinas expendedoras como la vía más sencilla para ofrecer un servicio de “restauración” más allá de una cafetería cuya instalación podría ser un problema o cuyas características impiden ese uso cómodo, rápido y cercano que sí aporta el vending.
El primero de los casos nos llega desde la Diputación de Zaragoza, una institución grande y que ha tenido de manera habitual un contrato pero que desde la primavera del año pasado está sin expendedoras.
Por un fallo en la presentación de propuestas de la empresa, el servicio quedó desierto en la última licitación y desde que se eliminaron se han ido registrando diversas quejas por parte de los trabajadores que han dado traslado a la sección sindical de Comisiones Obreras.
El sindicato ha informado que la recuperación del servicio se solicita en las mesas de negociaciónque se han ido reuniendo desde entonces, pero desde la Diputación informan que están en estudio de los precios y las condiciones a tener en cuenta para volver a sacar la licitación.
Se trata de una demora motivada por los cambios normativos que se han ido sucediendo y que intentan equilibrar las obligaciones con una oferta más enfocada a una alimentación sana y saludable.
Mientras tanto, empleados del organismo y público que acude a realizar algún trámite o participar en los cursos que se imparten desde la Diputación se ven afectados, dándose la circunstancia de que los que acuden de manera diaria a desempeñar su labor se han decantado pro traer de casa los equipos, aunque una gran mayoría prefiere salir al bar para tomar café.
El segundo de los ejemplos lo tomamos del centro cívico del Zaidín en Granada, un espacio municipal que fomenta la convivencia y al que acuden de manera diaria casi un centenar de vecinos, en su mayoría personas mayores que van a pasar la mañana o la tarde.
No tienen máquinas expendedoras y las han tenido hasta hace poco, por lo que su falta se hace más que evidente ya que no tienen cafetería en su interior. Como sucede en Zaragoza, el contrato con la empresa adjudicataria finalizó y se procedió a la retirada de los equipos por parte de la empresa que venía prestando el servicio.
Sin licitación pública, los usuarios de este centro ciudadano se quedan sin café, agua y refrescos, una situación que ha provocado su movilización y sus quejas ante el Ayuntamiento. Llevan más de seis meses sin concesionario y el retraso, unido a que no se explica ni cuándo ni cómo se va a restablecer el servicio, ha provocado la denuncia por parte de los que hacía uso de las máquinas de vending.
El problema llega, en este caso, por la falta de candidaturas. Tal y como explica Baldomero Oliver, concejal responsable de la contratación de los servicios municipales, el concurso quedó desierto por la falta de empresas para proveer de máquinas tanto estas dependencias como otras del municipio, sin mencionar el motivo.
Las empresas no se presentan a contratos que no consideran rentables por el poco consumo que se pudiera dar o por el excesivo canon. La alternativa es idear otro tipo de contratación, aunque en el sector público no es tan sencillo.
Se puede proceder a una nueva licitación cambiando las condiciones y haciéndolas más atractivas a las empresas o incluso se puede optar por la contratación directa siempre y cuando se estudien las ofertas más ventajosas para los organismos públicos.
Llegue de un lado o de otro, es evidente que cuando se deja de prestar este servicio el usuario habitual lo nota y no solo eso, sino que de primeras lo demanda, algo bastante positivo para el vending en general.
Caso de estudio
Analizando los últimos estudios que se han llevado a cabo para conocer la opinión y demanda por parte de los trabajadores de la oferta de vending, recogemos los datos publicados en la revista de Nutrición Hospitalaria que se realizó en el Hospital Universitario Severo Ochoa de Leganés.
De los 430 trabajadores, se consultó casi a la mitad (221 personas), evidenciando que el 79% de ellos era usuario habitual de las máquinas de vending, el 83% de hombres y el 77% de mujeres consultadas.
Más de la mitad de ellos, concretamente el 52% las usaba a diario, siendo la media mañana el momento más demandado, junto al café como producto estrella. Y es que el 65% de los usuarios se acercaba hasta la máquina para comprar café, mientras que el 42% acudir a por sándwiches y el 32% a por agua, mientras que las bebidas refrescantes sin azúcar se demandaban por el 26% de los usuarios.
El empleado de grandes espacios públicos como este es un habitual de las máquinas expendedoras y alterna sin ningún problema su uso con el de la cafetería aprovechando los descuentos a los que puede acceder.
En el caso de los hospitales, los usuarios trazan patrones de comportamiento muy similares, con demanda habitual en el caso de las personas que tienen que acudir de manera periódica, al ser accesibles en horario continuado y ofrecer precios iguales o incluso mejores que la propia cafetería del centro
Fuente: Hostelvending.com