Cerrando 2017 con los datos del Comisionado del Mercado de Tabacos, organismo autónomo perteneciente a la estructura del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas, se constata lo que se venía denunciando por parte de los Puntos de Venta con Recargo, el consumo “legal” vuelve a caer.
Las ventas siguen en descenso incluso acentuándose en el último ejercicio cuando parecía que el mercado se había estabilizado. En nuestro país se vendieron 2.237,3 millones de cajetillas, esto es un 3,7% menos que en 2017, siendo el peor porcentaje de los últimos cuatro años. El valor experimentó un descenso algo menor al compensarse con las sucesivas variaciones del precio. Se recaudaron 10.122,35 millones de euros, lo que supone un 1,8% menos.
Por marcas, el mercado español continúa liderado por Marlboro (propiedad de Philip Morris), con una cuota de mercado del 14,2%, aunque la enseña sufre un retroceso de 1,8 puntos respecto a 2016, lo que equivale a que comercializó 50 millones de cajetillas menos.
En el resto de las labores, la única categoría que creció en ventas respecto a 2016 fue el tabaco para pipa, que subió un expresivo 14% en volumen, hasta los 788.720 kilos, y casi un 40% en valor, al superar los 70,66 millones de euros.
La comercialización de cigarros bajó un 3,5% en volumen (2.123 millones de unidades) y un 2,5% en valor (483,92 millones de euros), y el tabaco para liar cayó un 3,6% en volumen (5,7 millones de kilos) y un 2,5% en valor (975 millones de euros).
Con
este panorama no es de extrañar que el vending tabaco se haya visto perjudicado. Siendo un canal de distribución se ha notado en la recaudación media de las máquinas y también en la venta de máquinas nuevas entre los principales fabricantes españoles.
La cifra de máquinas en el mercado que sigue contabilizando el CMT se queda a poco de llegar a las 160.000, un número “irreal” tal y como nos confirmaba en una entrevista Daniel López, presidente de Asociación Española de Puntos de Venta con Recargo, que aseguraba que apenas se llegará a las 130.000, debido al gran número de ellas que permanece inactiva aunque con licencia en vigor.
Las máquinas han desaparecido al mismo ritmo que han cerrado muchos de los establecimientos en los que estaban instaladas, pero también empujadas por la pérdida paulatina de recaudación y el adiós definitivo a los ingresos que aseguraban las tabaqueras por la compra de información de ventas, un dinero que acordaron ahorrarse para hacer frente también a ese descenso en el consumo o más bien en la compra.
La situación de los Puntos de Venta con Recargo no parece haber cambiado en los últimos dos meses, una parálisis que entorpece la evolución del sector, estancado en las propias limitaciones que lleva aparejadas el producto, ampliamente regulado.
Menos máquinas vendidas; otras alternativas para mejorar el canal
Con este panorama, los gestores de máquinas de tabaco aguardan tiempos mejores o se mantienen en algunos casos con ciertas dificultades, lo que obstaculiza por completo las inversiones y los proyectos a medio y largo plazo.
Mantener la rentabilidad de las máquinas es el primer objetivo, de ahí que la renovación del parque esté muy por detrás en sus prioridades, algo que se ha notado en las ventas de máquinas nuevas.
Un ejemplo muy claro y detallado lo aportan desde Azkoyen con sus cuentas trimestrales. La línea de negocio del vending tabaco ha experimentado una reducción del 36,4% durante los tres primeros trimestres de 2017 en comparación con 2016. “La caída ha sido generalizada en los volúmenes de los pedidos en los diferentes mercados geográficos en los que opera Azkoyen, contracción que ya se manifestó en el cuarto trimestre (que históricamente es el de mayor volumen) de 2016 y que estaba básicamente recogida en los planes de negocio definidos”, informa la compañía.
Sin entrar en tanta precisión, desde GM Global Solutions también han notado “un sensible descenso en ventas durante el año 2017 debido a todos los cambios originados en el sector del tabaco”.
No es quizás el momento para grandes inversiones en equipos nuevos, pero los fabricantes siguen abriendo la gama de opciones aportando sistemas de gestión para mejorar el rendimiento y el control del negocio. “Para nosotros ha sido una gran oportunidad para poder renovarnos y ofrecer a nuestros clientes otro tipo de propuestas alternativas para su negocio, desarrollando, de este modo, las mejores soluciones tecnológicas que se adapten a sus necesidades”l explican desde GM Global Solutions, la nueva marca lanzada durante este 2017.
La inversión se ha ralentizado, pero la industria, por parte de los fabricantes, tiene argumentos suficientes para seguir aportando alternativas que permitan sacarle más partido a los puntos de venta, esencial para los operadores que no puede seguir ampliando su parque de máquinas ante la falta de seguridad que aportan los datos de consumo.
Supresión del monopolio, ¿la gran solución?
La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia ha entrado en escena con una propuesta que ya ha despertado las primeras reacciones en contra de los estanqueros. No cuenta con el apoyo del sector pero al menos ofrece alternativas al mercado siempre dentro del respeto a las medidas sanitarias.
Lo ha hecho por medio de su informe sobre el Anteproyecto de Ley por la que se modifica la Ley 28/2005, de 26 de diciembre, la conocida como Ley Antitabaco. La Comisión, sin poner en ningún momento en duda el objetivo de protección de la salud y la prevención del tabaquismo, cuestiona algunos de los instrumentos que se plantean en la norma, al considerar que no son los más adecuados ni los menos distorsionadores de la competencia. Es decir, no se ajustan a los principios de necesidad y de proporcionalidad, y ello en perjuicio de los consumidores y usuarios.
En primer lugar, la CNMC considera que el anteproyecto se centra en aspectos no previstos en el proyecto de norma sino en otras regulaciones existentes del sector del tabaco, que no son adecuadas para proteger la salud y distorsionan la competencia. Así, la Comisión reitera recomendaciones ya formuladas en pasado, como suprimir el monopolio de la red de estancos o al menos reconfigurarlo de forma más competitiva.
Así por ejemplo, recomienda que se revisen restricciones como la exclusividad de los estancos y establecimientos especializados para la distribución de cigarrillos electrónicos. De esta forma, se excluye a otros operadores. Por ello, se insta a que el regulador fundamente la racionalidad de la medida y analice otras alternativas que fomenten la competencia.
La CNMC reclama un análisis amplio del sector y de cada una de las herramientas de intervención disponibles para elegir aquellas que sean más eficaces para los fines al tiempo que menos distorsionadoras de la competencia. Ideas que enlazan en parte con algunas de las proposiciones que nos plantearon desde la Asociación de Puntos de Venta con Recargo como la libre elección de marcas o productos a vender en las máquinas.
Fuente: https://www.hostelvending.com/noticias/noticias.php?n=8670